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Gràcia de ruido

by • January 31, 2013 • Conciertos, NoticiasComments (0)2296

Pasear por las calles del barrio Barcelonés de Gràcia siempre es un placer, y cuando lo haces sabiendo que la tarde se alargará y se tornará noche ruidosa, aun lo es más. Y es que los amigos de TiU y Converse nos tenían preparada una velada underground de lo más interesante.

Interesante no solo por la música, sino por esa especie de visita guiada por algunos de los mejores garitos del barrio. Gràcia siempre fue joven, repleto de bares y restaurantes de los de “toda la vida” en los que se juntan universitarios venidos de lugares recónditos, que han encontrado en los alquileres de la zona un reclamo y que a la vez han descubierto una Barcelona menos oficial. Y aquellos no tan jóvenes, que buscan compaginar la tranquilidad de sus plazas y el bullicio de sus callejuelas y locales nocturnos. Gràcia, en definitiva era, es, y será el escenario ideal para un evento de este calibre, y los amigos de MakeNoise no hicieron más que recordárnoslo.

 La Milagrosa y Ghost Tranmission

Una vez situados, nos encontramos con el resto de compañeros de la prensa musical independiente en el restaurante “La Milagrosa”, con la promesa de un ligero pica-pica, que se convirtió en una degustación de tremendas empanadas argentinas y maravillosos pinchos de milanesa (escalopa de ternera) con tomate. Saciado nuestro apetito y apuntada la dirección del restaurante para próximas visitas (con esa comida y ofreciendo como ofrecen música en directo, tendría que ser lugar de peregrinaje para todos vosotros), nos dispusimos a escuchar la banda que abría el festival, los valencianos Ghost Transmission, que ofrecieron un concierto vigoroso, repleto de temas de esos que recuerdan a algo (ahora radio4, ahora the cure, ahora My Bloody Valentine), pero sin serlo, con personalidad propia y con un marcado guitarreo ruidoso y desconcertante que hizo vibrar al público que abarrotaba (como viene siendo habitual en los eventos Makenoise) la sala. Nos habían dicho que sonaban a Glasgow y que eran una de las bandas más excitantes recién descubiertas. Lo primero lo desconocemos, lo segundo lo suscribimos de inmediato.

Tras el primer concierto nos dirigimos al Sonotek Bar, para cambiar de aires y de sonido, ya que allí nos esperaba la electrónica experimental de D.A.R.A.L. Para los que somos fans de los sonidos imposibles, D.A.R.A.L. es la receta ideal. Inventiva sonora de primer nivel, usando teclados, ordenador y voz a modo de instrumento. Ruido electrónico del bueno, que nos hizo recordar a bandas tan celebradas como Matmos o los británicos Autechre.

Monki Valley, Capitán y un Margarita

Monki Valley es otra cosa, alejado de lo experimental de D.A.R.A.L pero con aires futuristas como este, samplea, cose y colorea un sinfín de ritmos que van desde la bass music al minimal techno, o incluso el dream pop. Festivo por momentos, nos hizo disfrutar pese a lo apretado del ambiente. Y es que Sonotek Bar es un lugar con multitud de detalles y virtudes (como ejemplo, valga el soldado imperial de starwars que empapela la puerta del wc de hombres, apuntando sin disimulo al apurado usuario del retrete), pero con un aforo muy limitado, como desgraciadamente pudo comprobar la  gente que se agolpaba en la puerta sin poder entrar.

Nosotros por nuestra parte decidimos tomarnos un merecido descanso y cenar por segunda vez un shawarma callejero, regado con una cerveza de lata (como mandan los cánones) mientras nos dirigíamos prestos y raudos a Heliogàbal para intentar escuchar a “ocellot” y su pop psicodélico, pero fue misión imposible. A esas alturas de la noche intentar entrar en cualquiera de los locales que ofrecían conciertos era ya una odisea y tuvimos que contentarnos con esperar en la puerta a que llegara la hora del concierto de Capitán.

Y Capitán es buena música interpretada con precisión quirúrgica por Cacho Salvador (Extraperlo), Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida) y Pau Riutort (Beach Beach), pero sin dejar el lado más pasional de unos temas oscuros con aire ochentero,  desenvueltos con elegancia y esencia pop que hizo las delicias de un público entregado, que vivía ya los últimos coletazos del tercer evento del festival.

Al final la noche resultó inmejorable, pese a perdernos los directos de gente tan interesante como Diego García, Grushenka o Cut your hair, quedó constancia que la música independiente de este país en general, y de Barcelona en particular ,vive un momento extraordinario, o eso pensábamos nosotros, mientras disfrutábamos de un margarita, relajados en el sofá de uno de esos bares de “toda la vida”de Gràcia, última parada obligatoria antes de volver a casa.

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