De las Baleares siempre han salido grandes artistas. Pero no exagerado afirmar que nos encontramos ante una generación extraordinaria. Des del jazz hasta la canción de autor, pasando por todos los sonidos que puedan caber en este pequeño rincón del Mediterraneo, Branca Santa es otra clara ilustración de esta estratosférica inquietud que, poco a poco, va consolidándose en la realidad de las islas.

Branca Santa, más que una banda, es una matriz o un mapa desde donde se puede explicar gran parte de la explosión artística que se està viviendo en Mallorca y que salpica de lleno Barcelona. Una reunión musical auspiciada por el trompetista Pep Garau, con Xarim Aresté y Roger Pistola a las voces y guitarra y que cuenta también con otros nombres destacados de la escena emergente balear como Josep Munar, Llorenç Barceló o Ricard Sohn, entre otros.

Músicos de diferentes procedencias, todos ellos irrepetibles, por fin juntos vibrando al unísono. Al final un grupo de amigos encontrándose con añoranza en un estudio de grabación para celebrar el amor que les une, improvisando música como si no hubiera mañana.

Amb l’experiència audiovisual sempre en primer pla, de la mà de l’artista visual Joan Garau, aquestes improvisacions han esdevingut finalment cançons enormes plenes de matisos i textures que transpiren sensibilitat i brutalitat a parts iguals. Música negra, blanca… sabors d’aquí, d’allà… Tretze músics i un artista visual deixant-se anar, generosos, agermanats pel respecte mutu, abraçats en el caliu de la tribu i fent pinya en front d’aquest món malalt cada dia més individualitzador.

Con la experiencia audiovisual siempre en primer plano, de la mano del artista visual Joan Garau, estas improvisaciones se han transformado en canciones enormes llenas de matices y texturas que transpiran sesibilidad y brutalidad a partes iguales. Música negra, blanca… sabores de aquí y de allí, trece músicos y un artista visual dejándose ir, generosos, hermanados por su respeto mutuo.

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