Dicen algunos agoreros que la música indie está muriendo poco a poco, que cada vez atrae a menos interés y algunos festivales como el Primavera Sound, ante el agotamiento de la fórmula buscan nuevos formatos en la música urbana, como el hip hop o el trap. En Crazyfriday somos creyentes, y bandas como Vete Vete y Desert Mountain Tribe, conectadas por el rock intenso y la potencia, nos reafirman en nuestra fe. Durante las dos horas que duró el evento nos hicieron vibrar, disfrutar de un concierto sin alardes ni florituras, directo, sencillo y sincero.

Los argentinos afincados en Barcelona Vete Vete, abrieron la velada con un set cargado de psicodelia indie-rock. Un sonido muy de los noventa, ruidoso y por momentos rabioso, transmitiendo kilobatios de energía al público asistente. Una sorpresa agradable, ya que no sabíamos nada de ellos pese a que no son nuevos en el negocio. Maxi, Stevie, Gastón y Sebastián tienen un amplio bagaje en bandas como OVNI, Juana La Loca o Neurótica, y llevan años trabajándose los escenarios de la ciudad condal.

Los británicos Desert Mountain Tribe se están haciendo un nombre dentro de la escena psych-rock europea y han tenido cierta repercusión en un mercado tan importante como el de EEUU. Su primer disco contiene una buena colección de canciones, con “Interestellar” a la cabeza, una muestra de lo que veríamos en directo. La banda se presentaba con cambios en el roster, concretamente un nuevo batería llamado Frank Van Der Ploeg, que apenas si contaba tres conciertos acompañando a Jonty Balls (guitarra y voz) y Philipp Jahn (Bajo). Si eso afectó al desarrollo del directo, nosotros no lo notamos, lo que si apreciamos fue un trío con un sonido muy engrasado, lleno de matices, Atmosférico, hipnótico, y psicodélico, pero a la vez potente, cargado de ruido y distorsión. El desarrollo de los temas, largos construidos a fuego lento, con la voz de Jonty casi en segundo plano, acompañando las melodías, el bajo de Philipp dando peso, y la batería de Frank aumentando intensidad y poniendo el colofón al conjunto. En apenas una hora de concierto Desert Mountain Tribe consiguieron transportarnos a su universo interestelar, una noche de jueves cualquiera.

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