Valle Eléctrico es uno de los proyectos más potentes de música electrónica en Madrid. Una plataforma que sirve de cantera para muchas bandas de aquí y de fuera, para explicar al público lo que está pasando, y ofrecerles la oportunidad de experimentarlo en directo. Una propuesta artesanal, y romántica que ahora cumple 5 años. Hablamos con Tito Ruano, uno de los padres de la criatura, sobre pasado, presente y futuro de Valle Eléctrico.

¿Cuando y como nació Valle Eléctrico?
Valle Eléctrico nació a finales del 2011, aunque no lo materializamos hasta finales de abril del siguiente año. Eran talifanes de ir a conciertos de forma compulsiva, pero muchas de la música que nos gustaba nunca llegaba a Madrid, cuando los artistas estaban en su momento más incipiente. De este modo, nos embarcamos en una aventura no lucrativa, muy romántica, en la que plasmamos nuestro amor por la música y de cómo entendíamos la gestión cultural. Hicimos los primeros, siendo totalmente amateurs, y el apoyo de medios y públicos fue tan bueno (y lo sigue siendo), que …. seguimos dando guerra..

¿Con qué objetivo os pusisteis a trabajar?
Para nosotros, siempre ha sido importante crear un escenario en el que se pueden ver artistas emergentes en sus primeros momentos, cuando comienza el ruido inicial en la red, cuando escuchas los primeros singles ,… En Madrid, era muy poco habitual generar esos primeros espacios de encuentro, y menos en formaciones de electrónica. Así que unimos este vínculo con artistas internacionales, junto a nuevos talentos de Madrid. Para nosotros, es un honor ser el primer escenario de cualquier formación, y gracias a este, hemos conseguido dar a conocer a muchos artistas o a asentar colaboraciones entre ellos.

¿En estos 5 años ¿De que os sentís más orgullosos?
La verdad es que no nos creemos que hayamos durado tanto, y hasta nuestras madres, ya entienden que es lo que hacemos en nuestro hobbie -ese-que-os-quita-media-vida. Seguimos pensando que somos un proyecto muy idealista y nos sentimos muy pequeños dentro de la escena. No obstante, lo que más orgullo nos hace, es la acogida de cada grupo que viene (que son nuestros RRPP internacionales) o cómo cada medio o público que nos conoce, nos apoya abiertamente. Nos sentimos muy afortunados.

¿Qué eventos, actividades o proyectos habéis llevado a cabo?
Nuestro formato habitual son minifestivales en forma de club en nuestra residencia en Café La Palma (Madrid). Sin embargo, en estos cinco años, hemos organizado muchas locuras. Nuestro primer año editamos un vinilo Pelea de Gatos, con artista nacionales emblemáticos de ese año, junto con un festival gratuito de 15 artista en cinco tiendas de ropa.

También editamos un fanzine denominado Synthzine donde artistas gráficos y músicos dialogaron para explicar a su manera que entendían que era el proyecto. Un proyecto precioso, que nos permitió girarlo por Madrid, Bilbao y Barcelona. Y por último, fuimos comisarios de Absolut Electric Factory, organizando un pequeño festival muy loco.

¿Tenéis pensado expandir vuestras propuestas más allá de Madrid de manera continuada?
Lamentablemente, no nos da la vida para salir fuera…. Actualmente, por nuestros trabajos, cada día tenemos menos tiempo, y es muy intenso, salir de trabajar, para seguir hilando proyectos a los que amas. Llevamos cinco años siendo workaholics y seguiremos, pero nos hemos visto obligados a dimensionar lo que somos posibles de hacer. De momento, no es posible, pero esperamos que esto cambie.

¿Cuál es el futuro de Valle Eléctrico?
En un futuro próximo, mantendremos las ediciones club de Valle Eléctrico. Hemos decidido reducir el número de ediciones en pro de que éstas sean mucho más explosivas. Y como promesas personales, nos gustaría llevar a cabo nuestro segundo volumen del fanzine y seguir explorando facetas fuera de nuestra zona de confort.

¿Como veis la música electrónica en España?
Creemos que el concepto escena se ha deformado en muchos focos más nicho, lo cual es gratificante porque se favorecen más las sinergias, en vez de pocos nombres reconocibles. También, nos encanta la progresiva visibilización femenina en los géneros electrónicos y como artistas de personalidad muy marcada, están rompiendo y generando debates de fondo mucho más controvertidos, que los últimos cinco años. Nosotros siempre hemos defendido en los equilibrios bizarros, y la cultura electrónica española cada vez refleja más esto.

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