Searching for Sugar Man

by • February 27, 2013 • His Girl Friday, Notas desde aquí abajoComments (3)5834

Por Elena Ponce

No suelo avisar de spoilers pero en este caso, parte de la gracia que tiene ver esta película, es asistir a ella completamente virgen, además de que comentar un documental es más susceptible de revelar contenido que forma. Así que sí, supongo que va cargadito de spoilers.

La primera sensación que se tiene al ver Searching for Sugar Man es la de estar asistiendo a un falso documental. Y siendo partícipe de este juego, el creador sueco Malik Bendjelloul, nos introduce a esta historia presentando las frías y misteriosas imágenes de una lluviosa noche de tormenta en la ciudad de Detroit. Así, los testimonios del documental explican la primera vez que oyeron hablar de Rodriguez, un misterioso personaje que a principios de los 70 deambulaba como un espíritu errante y tocaba por las noches nebulosas en bares de la zona marginal de la ciudad. “Yo conocía a ese hombre, ¿Sugar Man? ¿Era Sugar Man?” dice un ciudadano de Detroit ofreciéndole al personaje una trascendencia legendaria que nos hace sospechar sobre la veracidad de lo que se cuenta. El misticismo y las ganas de conocer la historia alrededor de la figura del músico son presentes sobretodo durante la primera media parte de la narración, cuya forma de falso documental, tanto por las intervenciones como por la realización, va adquiriendo cada vez más un claro tratamiento clásico de documental que se puede permitir gracias a su originalidad.

Searching for Sugar Man es una historia concreta pero no deja de ser un cuento sobre aquello que el tiempo pierde, sobre aquello que por cuestiones desconocidas se esconde en recovecos del transcurso de la historia y hace partícipes tan sólo a aquellos que tuvieron la suerte de estar allí en el preciso instante. Hace que nos planteemos sobre la fugacidad y la trascendencia de las cosas ¿Cómo puede ser que en Sudáfrica la primera oposición al apartheid naciera en la música de grupos influenciados por Rodriguez? Un tipo más famoso que los Rolling allí y que nadie conocía en el resto del mundo.

Esto es lo que para mí, sin ser un logro espectacular en si mismo, hace grande a Searching for Sugar Man; el punto en el que el universo creado hace que recaiga el máximo interés en la historia, una gran historia basada en hechos reales pero que también permite una reflexión más allá de sus propias fronteras así como una prolongación de su sello en el efecto de la música de su protagonista. A mi parecer, plantearse al margen de la realidad si hubiera resultado más interesante, sobretodo cinematográficamente hablando, un falso documental basado en la búsqueda de un misterioso personaje que sin ser él consciente se convierte en una estrella y un mito en cualquier parte del mundo, es absurdo. Absurdo porque como ya muchos han dicho, esta historia es de las que deben contarse, como un regalo justo y necesario, sobretodo y en particular para todos aquellos que puedan apreciar y disfrutar, a partir de ahora, la calidad musical y la genialidad de las letras de Rodriguez. El documental, sabiendo incluir con precisión los recursos involuntarios de los testimonios y aprovechando la potencia de la emotividad de la historia que nos cuenta, nos regala las primeras estrofas de muchos de los temas de Rodriguez, entre ellos, cabe destacar un fragmento en el que Steve Rowland, productor del segundo álbum del músico, escucha “Cause”, expresando conmovido que es una de las canciones más tristes que jamás ha escuchado. Y es allí cuando el espectador, con razón desconfiado, podría recibir estas palabras como parte de una actuación del film, pero escucha entonces la voz de Rodriguez; Cause I lost my job two weeks before christmas… y piensa: si esto es verdad, ¿cómo podía no conocerlo?

Quizás el aspecto que más te acerca a Searching for Sugar Man es la honestidad de la historia, la verdad inconscientemente bondadosa que se esconde tras lo que su música representó para muchos. En Sudáfrica, durante 20 años supieron lo que significaba ser un anti-establishment gracias a sus letras, se sentían espiritualmente libres de la opresión. Y es que sus letras son himnos eternos sobre injusticias y fracasos, sobre pérdidas y melancolías, sobre gente que vive en la calle, gente que no puede pagar sus deudas. Letras que no llevaron al éxito a un hombre que realmente tenía problemas para llegar a fin de mes, que salía a la calle a luchar por sus derechos y que la primera vez que durmió en un hotel lo hizo en el sofá para que nadie le tuviera que hacer la cama. Por eso y por lo evidente, muchos de nosotros, después de ver el documental, sacaremos de entre antiguos CD’s de Bob Dylan y Leonard Cohen, el CD recién grabado de Rodriguez y escucharemos sus temas sintiéndonos un poco más llenos gracias a sus palabras, que nunca estuvieron muertas pero ahora viven en muchísima más gente. I open the window to listen to the news, but all I heard was the establishment’s blues.

Sin embargo, lo malo, lo bueno y lo paradójico al fin y al cabo, es que la película acaba con lo que podríamos decir un happy ending en toda regla. Algo que después del grandísimo éxito de este necesario film, galardonado con el Oscar al mejor documental y en cierto modo contradiciéndome con lo que decía al principio sobre lo absurdo de cuestionarnos la necesidad de explicar esta historia, se pone una especie de punto y final a la incomparable ternura y simpatía que suscita el documental, abriéndose así las puertas a la realidad del éxito, que por suerte o por desgracia, no son las de un pequeño bar en un barrio pobre de Derroit.

Tráiler:

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3 Responses to Searching for Sugar Man

  1. Pablo Muñoz says:

    Muy bello!

  2. raulsalanavas@gmail.com says:

    Escuchando ahora mismo a Sugar Man! great!

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