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Poesía Cruel

by • January 11, 2014 • Notas desde aquí abajoComments (1)5610

Poesía Cruel
Por Juanma M

“Esa mujer es como una droga”

Todo comenzó con una proposición. Indecente, claro, así son las proposiciones que nos gustan aquí abajo. Como un mensaje del camello diciendo que tiene mierda de la buena, llegó un twit, o un post en algún blog, o un estado de facebook solicitando voluntarios para un “experimento con gaseosa”, una propuesta de crowfunding para editar una novela. Mierda de la buena, aseguran. Todos los camellos dicen que su mierda es buena, y todo el asunto de la microfinanciación colectiva nos parece muy bien en teoría, pero también una plataforma ideal para vendemotos. En esta ocasión hay motivos para confiar.Valdemar/Es Pop es una colección de  libros preciosos de género negro con querencia hacia el lado pringoso de las cosas de autores mayormente desconocidos por estos lares. Neo pulp sucio y contemporáneo. Aquí abajo somos fans desde que Christa Faust nos pateó la entrepierna con ese inesperado y sexy  hard boiled que es A la Cara, y los siguientes títulos de la colección confirmaron el enganche (especialmente Capturado, de Neil Cross). La novela a publicar, Poesía Cruel de Vicki Hendricks sigue esa línea, un noir erótico, una escritora que no conocíamos aquí abajo, y un buen puñado de buenas críticas por parte de maestros consumados del género (Pelecanos, Connelly, Ellroy… todos se declaran fans.) La apuesta es atractiva, y confiamos en nuestro camello, entonces. Hágase el trapicheo, y sea Poesía Cruel. Las ochenta y tantas páginas que nos ofrecen como adelanto son pringosas, calientes y consiguen enrarecer el ambiente. Follan mucho. Y luego más. Y la protagonista se viste con solo una serpiente pitón en algunos momentos. Aquí abajo nunca antes habíamos visto un pdf sudar. Queremos esa mierda.

“Si usar los músculos de la cara para formar una sonrisa hace que te sientas feliz… ¿es posible que follar sea un modo de engañarte para creer que estás enamorada?”

Poesía Cruel, de primeras, está lleno de sexo. De capítulos enteros articulados alrededor de una felación, de polvos furiosos y de gente que mira esos polvos por un agujerito en la pared. De cunilingus en el despacho del profesor.  De sexo a varias bandas con una serpiente pitón de por medio. De sexo pagado y sexo gratis. De sexo, al final, como única vía para escapar de la vida misma. El sexo es el motor que mueve a la protagonista, Rennie, una prostituta barata, una mujer siempre en ignición, loca, hedonista, vital, salvaje y magnética. Decidida a vivir a su manera cueste lo que cueste, y su manera implica drogas, alcohol y sexo en moteles baratos. Mucho, y no siempre cobrando.El motor del resto de protagonistas es la fascinación/obsesión/amor (todo al mismo tiempo y en muy alto grado) que sienten por esa mujer fatal versión white trash. Un chulazo latino, una acomplejada joven desesperada por agradar a papá, un profesor universitario con una aparente vida perfecta… Personajes todos frustrados en cierto grado, incapaces de gestionar sus carencias y como resultado, enganchados a la sensación de libertad que contagia Rennie. Por eso y por follar con Renata. “El absorvente agujero negro que te ha de arrastrar”.

Poesía Cruel, de segundas, es un noir contundente, en la que las obsesiones se descontrolan, las cosas se tuercen, corre la sangre, y a partir de ahí todo es huída hacia adelante, con mucho sexo y droga de clase baja. Con un detective privado, incluso. Aquí abajo pensamos en El cartero siempre llama dos veces. En Perdición. También en esas historias de white trash de Elmore Leonard. En William Hurt destrozando un ventanal de pura lujuria. En todas las mujeres fatales que ha habido. Pensamos eso, pero más abajo, más depravado y más sucio, en moteles cutres de un Miami a treinta y tantos grados y a la espera de que un huracán con nombre de mujer provoque unos destrozos considerables. El estilo es crudo, directo y preciso, y la narración se precipita sin freno desde el primer polvo (ya en la primera página) hasta el desquiciado y sangriento final. Vicki Hendricks no parece amiga de andarse con rodeos, ni parece necesitar demasiadas florituras para armar esta historia de vidas echadas a perder y obsesiones sin medida.

“Sabe cómo viven: Poesía para mejorar la mente y gimnasios para prolongar sus aburridas vidas para siempre”

Poesía Cruel, resumiendo, nos ha parecido mierda de la buena. Más allá del sexo, que lo hay y mucho y muy crudo, nos enganchó la violenta espiral obsesivo-paranoica en la que caen estos personajes perdidos. Y como en todo buen noir, (y este es, hasta la médula, un noir de los de toda la vida. Contemporáneo, depravado y sucio, pero con corazón clásico. El personaje del detective privado no es otra cosa que un guiño cariñoso a los orígenes del género), no falta de fondo un retrato de rincones oscuros, ambientes sórdidos y pasiones enfermizas, un levantar la alfombra de la sociedad y echar un vistazo a la basura que se acumula donde nadie quiere mirar.

Enlaces:

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One Response to Poesía Cruel

  1. raulsalanavas@gmail.com says:

    Yo, después de leer esto, me lo voy a leer… pero en casa, nada de transporte público, no quiero llegar a 100 al curro. jajajajaja!

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