“Las palabras no pueden describir todo lo que sentimos. ¿Cómo se puede verbalizar con precisión la sensación que sentimos cuando somos recién nacidos y nuestra madre nos tiene entre sus brazos y sentimos su piel en nuestra mejilla? Claramente, sentimos su calidez y humedad, un sentimiento de amor por parte de ella, pero es difícil verbalizarlo a la perfección. La música es un lenguaje que puede traducir esa sensación, sentimiento, el recuerdo del amor”. — Hatis Noit

Su despertar musical tuvo lugar a la tierna edad de dieciséis años durante un viaje al lugar de nacimiento de Buda en Nepal. Una mañana, cuando estaba en un templo de mujeres, se encontró con una monja que cantaba cantos budistas cuyos sonidos sobrenaturales la conmovieron tan intensamente que instantáneamente se dio cuenta del poder visceral de la voz humana; un instrumento primordial e instintivo que nos conecta con la esencia misma de la humanidad, la naturaleza y nuestro universo. Desde ese momento supo que cantar era su vocación.

El título del álbum Aura se inspiró en el filósofo alemán Walter Benjamin, quien usó este término para describir los principios fundamentalesesencia del arte, que él creía que es más fuerte en su forma original, solo ocurriendo una vez. Hatis está de acuerdo con este aspecto en particular, ya que se dio cuenta de que “durante la pandemia, realmente luché. Como cantante, no soy muy bueno trabajando en la computadora. Prefiero mucho más hacer presentaciones en vivo en espacios físicos. Estar con la gente, compartir el mismo espacio con ellos y sentir la atmósfera y la energía de ese momento, me inspira cada vez. Para mí, el arte es eso, ese momento compartido”.

La seriedad de la pandemia hizo que Noit mirara hacia adentro y reflexionara. Esto dio como resultado que el álbum se convirtiera en un remedio para lo que estaba pasando en el mundo y, en última instancia, para recordar las alegrías y la riqueza de la vida. Hatis agrega a este sentimiento, “no podemos vivir para siempre, hacer todo o estar en todas partes. Pero eso hace que nuestras vidas sean únicas e invaluables. Quería centrarme en nuestras limitaciones y mostrar lo preciosa que es la vida”.

El propio nombre Hatis Noit proviene del folclore japonés y significa el tallo de la flor de loto. El loto representa el mundo de los vivos, mientras que su raíz representa el mundo de los espíritus, por lo tanto, Hatis Noit es lo que conecta a los dos. Para Hatis, la música representa el mismo inframundo con su capacidad de movernos y transportarnos al otro lado; el pasado, un recuerdo, nuestro subconsciente.

A través de la pieza de apertura ‘Aura’, que comparte su título con el álbum, evoca un recuerdo inquietante de perderse en un bosque en su lugar de nacimiento, Shiretoko, Hokkaido. “Sentí como si estuviera cerca de mi muerte, podía sentir que me disolvía y me convertía en parte de la naturaleza en lugar de ser solo un individuo. Esta sensación de asombro y paz siempre es el lugar desde donde empiezo a hacer música”, recuerda.

Años de perfeccionar su oficio a través de presentaciones en vivo la llevaron a la creación de este álbum debut que sigue al EP introductorio de 2018, Illogical Dance. Autodidacta con un rango impresionante, Noit se inspira en Gagaku (música clásica japonesa), música folclórica, estilos operísticos, canto búlgaro y gregoriano, así como vocalistas de vanguardia y pop para crear su estilo inimitable. Hatis crea música sin palabras, mundos de canciones únicos con interpretaciones vocales trascendentes de proporciones épicas, más evidentes en ‘Jomon’, donde canaliza la energía y el poder feroz y dinámico de la cultura prehistórica durante el período Jomon de Japón.

Sorprendentemente, todas las canciones de este disco se generaron utilizando únicamente su voz. La única excepción es ‘Inori’, para la que tomó una grabación de campo del océano a solo un kilómetro de la planta de energía nuclear en Fukushima. Hatis Noit había sido invitado allí para una ceremonia conmemorativa que marcó la reapertura del área para que la población local regresara a sus hogares. La emotiva y compasiva canción está dedicada a las vidas perdidas por el tsunami de 2011, pero también a los hermosos recuerdos que la gente tiene de su ciudad natal.

El álbum se grabó en Berlín, donde Noit puso su voz en nada más ocho horas, antes de que la pandemia la obligara a ella y al productor Robert Raths a permanecer en el lugar y mezclarlo en el este de Londres, lo que la llevó a trabajar con una nueva colaboradora: la ingeniera Marta Salogni. Entre confinamientos se decidió tomar las grabaciones y reamplificarlas en una iglesia local para acercarlas a ese momento de presentación en vivo. “Fue casi como un milagro cuando a Robert se le ocurrió la idea. Ese fue el momento que cambió todo para el álbum, ya que el espacio físico con su ambiente orgánico le dio vida a todo”, recuerda Hatis Noit.

Una parte importante de su práctica y algo que echaba mucho de menos durante el encierro, sus impresionantes actuaciones en vivo han incluido espectáculos de titulares y festivales en toda Europa, incluido un espectáculo en Londres con entradas agotadas, acompañada por la Orquesta Contemporánea de Londres en el Southbank Centre, una actuación especial en vivo en Milán. Semana de la Moda y también fue invitada por el venerado director David Lynch para actuar en su adquisición del Festival Internacional de Manchester en 2019. Sus colaboraciones la han visto trabajar con Kevin Richard Martin, también conocido como The Bug, NYX Electronic Drone Choir y apareció en grabaciones de compañeros, su compatriota Masayoshi Fujita, así como el pianista ucraniano y pionero de la música continua Lubomyr Melnyk.

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