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Tremé: Laissez les bons temps rouler

by • January 21, 2014 • Discursos Acelerados, Notas desde aquí abajoComments (0)4671

Por Daniel Lasmarías.

 

Hace poco terminó Tremé y, seamos sinceros, poca gente la seguíamos ya. Y eso es una pena.

Tremé era una serie de HBO, un canal americano de cable. Por lo tanto, en este caso, su audiencia contaba tanto como su “impacto”. Por poner un ejemplo, The Wire, otra serie de su mismo creador, David Simon, tenía unos resultados bastante discretos de audiencia y los beneficios por su venta en el mercado internacional eran anecdóticos, pero era un producto barato y mucha gente hablaba de ella con lo que su canal lograba mucho “prestigio” con un gasto mínimo. Para HBO el “prestigio” suponía abonados y los abonados suponen dinero, porque la televisión es un negocio. Un negocio cada vez más rentable, por cierto. Poca gente veía The Wire, pero muchos hablaban de ella.

Tremé era más cara y poco a poco la gente dejó de hablar de ella, incluso de verla (o de oírla, porque Tremé también era una hermosa sinfonía) y la HBO se la ha cargado. Le ha dado un funeral digno, eso sí, una minitemporada final de cinco capítulos con la que cerrar tramas, quizás de forma acelerada, pero también con coherencia (¿he dicho ya que era una serie de David Simon)

Las historias cruzadas de un grupo de habitantes de Nueva Orleans (un policía, un DJ, una abogada, varios músicos…) durante los años posteriores al Katrina eran la escusa para acercarnos a una música hipnótica y deslumbrante, quizás la mayor aportación cultural de los EEUU en toda su historia. O quizás la música era la escusa para conocer a unos personajes que representaban lo mejor y peor de aquel país, sus luces y sus sombras, retratadas sin piedad.

Porque, ahora que ha terminado, entendemos Tremé. En primer lugar su luminosidad y su optimismo (cargado de ironía y algo de amargura), cuya metáfora más hermosa quizás sea la de aquel bache que nadie arregla, pero que poco a poco es “decorado” por los habitantes de la calle. También entendemos su dialéctica, su estructura como poema de amor al mestizaje y a la cultura popular, a la música, a la comida, a las tradiciones…

Si The Wire era un reflexión pesimista sobre la crisis de las sociedades postindustriales, Tremé es una canto de amor a la tradición cultural americana.

Ya nadie veía Tremé. No era fácil. Quizás el aforismo más famoso de Simon, “que se joda el espectador medio”, sea aplicable aquí, llevando el concepto hasta extremos radicales, consiguiendo hacer una serie que no interesara ni al consumidor medio ni al hipster medio. Pura élite.

Porque quienes hemos visto Tremé sabemos que hay esquinas en Nueva Orleans muy parecidas al Paraíso… eso, y que DJ Davis posiblemente sea el tío con más suerte con las mujeres que haya pisado este planeta.

Levantemos nuestras copas y brindemos por Nueva Orleans, mientras de fondo suena un trombón y, poco a poco, empezamos a bailar.

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